LUISA PAZ RODRÍGUEZ SUÁREZ, JOSÉ ÁNGEL GARCÍA LANDA (eds.): Corporalidad, Temporalidad, Afectividad. Perspectivas filosófico-antropológicas, Logos Verlag Berlin, Berlín, 2017.
El presente volumen versa sobre un conjunto de temas imprescindibles a la hora de analizar la experiencia humana desde un prisma filosófico actual. Corporalidad, Temporalidad, Afectividad. Perspectivas filosófico-antropológicas nos ofrece doce lecturas, frescas y heterogéneas, en torno a esas dimensiones constitutivas de lo humano que son el cuerpo, el tiempo y los afectos, una terna triunfadora que desde antaño ha dado mucho que hablar.
Comenzando con una clara y bien delimitada introducción a esta obra colectiva, los editores, pertenecientes al grupo de investigación HERAF: Hermenéutica y Antropología Fenomenológica, señalan el hilo conductor de las investigaciones. Tras ella, el primer artículo, firmado por Javier San Martín, "Fenomenología y ciencias cognitivas", arranca del distingo orteguiano entre vida biológica, psicológica y biográfica para, adoptando un enfoque fenomenológico, situar el eje de coordenadas de un discurso conducente a colocar la antropología fenomenológica en connivencia con las ciencias cognitivas y la psicología. Puesto que la neurociencia pretende reducir la comprensión de la complejidad humana al estudio simplificado del cerebro, sus operaciones y actividad, descuida el carácter normativo y abierto al pluralismo que ostenta la realidad humana, pluralismo por el que vela justamente la fenomenología, y gracias al cual quedaría ilegitimada la cosificación de la dimensión biográfica de la vida: la neurociencia se vería así impotente para explicar fielmente aquella condición originaria y anterior al estudio de la conciencia y del cerebro, ese prius que es la vida multiforme y posibilitadora de la actividad científica.
Asimismo, introduciendo el también fenomenológico concepto de "intencionalidad" en el título de su artículo, traza Rodríguez Valls su reflexión antropológica sobre el cuerpo y las emociones. Con "Afectividad e intencionalidad del cuerpo", Rodríguez Valls rastrea la importancia de la dimensión emotiva en la vida humana, que, aun teniendo un anclaje neurovegetativo común con el resto de animales provistos de sistema nervioso, desborda las raíces meramente evolutivas y en consecuencia trasciende la explicación darwinista. En efecto, por más que compartamos con los animales las seis emociones básicas ya propuestas por Ekman, también nos atañen vivencias afectivas exclusivas de la estructura de nuestra subjetividad, como son las fundadas en la voluntad (angustia existencial) y en la inteligencia (risa). A través de un recorrido que atiende a diversos resultados del evolucionismo (Darwin), la neurobiología (LeDoux), la psicología (Ekman, Kahneman, Goleman...), el existencialismo (Kierkegaard), etc., Rodríguez Valls resalta el papel primordial desempeñado por la fenomenología al considerar el cuerpo vivo como instancia que escapa a cualquier resolución en clave reduccionista (naturalismo fisiológico), pues "el cuerpo vivo es el que posee la intencionalidad que le hace entrar en diálogo con el medio y con los otros organismos vivos" (p. 73), y ello orientado desde una cultura y un proyecto de libertad personal que le hace contar con los demás (comunión intersubjetiva) a la hora de llevarlo a cabo.
Seguidamente, se suceden dos artículos que bien pudieran encasillarse bajo un mismo rótulo catalogador: Heidegger y la reflexión sobre...
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